martes, 22 de abril de 2008

El Salón. I.

El Salón del Cómic de Barcelona '08, en dos tandas.

1. They wore blue velvet. La visita del viernes resultó esperanzadora y engañosa. Tuve que haberlo supuesto. Como el perfecto césped de "Terciopelo Azul" oculta una tierra llena de insectos que se mueven nerviosos, el viernes fue un envoltorio de falsa normalidad morfológica para lo que estaba por llegar el sábado: frikis de pieles céreas y cosplays eternamente mal elegidos, invadieron el salón con su olor ácimo y sus enormes culos.

2. Mana Mana. Que los frikis son peligrosos ya lo probó John Lennon. Milo Manara debió recordarlo este fin de semana, ya que se pasó horas y horas de más echando firmas y dibujos. Sus militantes casi la montan parda cuando la organización decidió liberar al pobre hombre para que comiese y se soltase la cánula. Y todo por conseguir un dibujo a ensuciar. Oh, Christ.


Cuando digo que Manara firmó a todo el mundo, digo bien.

3. El derby. El salón de Barcelona es una muestra más seria, se celebra en un recinto mucho mayor y está trufado de exposiciones, promociones y demás alegrías. También es más transitable; nadie ha de morir entre carnes ajenas para ir de un puesto a otro.

El de Madrid tiene prácticamente el mismo número de puestos (en un cuarto de espacio), y es más petardo y feliz. El gafapasta astiberrino de Barcelona estaría incómodo entre los trashy freaks madrileños. ¿Dónde quedan los denigrantes espectáculos, tipo "Baile floral de Storm Troopers", que sí se pueden ¿disfrutar? en la Casa de Campo? ¿Eh, EH?
...

sábado, 5 de abril de 2008

"Shake the disease", Depeche Mode

No sé cuál es mi película favorita. Siempre suena "Annie Hall", pero a veces tengo dudas. Tengo días Wes Anderson, días Neil Jordan, y hasta días Coppola.

Tampoco podría elegir un libro. ¿"A sangre fría", siendo sincera y no original? ¿"La hierba roja", siendo original y no del todo sincera? ¿Un Chandler, un Barnes, "Tristram Shandy"? No me mojo.

Si acaso sé cuál es mi perfume preferido. Pero a quién le importa, este blog sólo lo leen hombres.

Soy una indecisa crónica. Releo las cartas de los restaurantes una y otra vez antes de pedir, y cambio de opinión al llegar el camarero. Cuando le veo irse, ya quiero otra cosa.

Tardo diez minutos en redactar un sms. Los reescribo como si fueran un relato a concurso y sopeso cada matiz de cada coma, de cada espacio y de lo que implica un "Bs" en lugar de un "Besos".

Llevo camisetas en el bolso por si a media tarde me arrepiento de la ropa que he elegido, y suelo echar de menos una tercera opción. Mis bolsos empiezan a ser más grandes que yo. Las dudas ocupan lugar.

Sólo hay dos islotes de certidumbre en mi vida. El primero es Rodrigo. El segundo, "Shake the disease", mi canción favorita. Decidí que lo fuera el 7 de Julio del 2006, en Estocolmo, cuando Martin Gore la cantó a mitad de concierto, en una versión pausada y apenas acompañada de instrumentos.

Y punto.