Propongo a Zucker hacer un spoof sobre películas indies. Puede que sólo nos riéramos la mitad pero, material para la parodia, hay. Le hago parte del trabajo.
Receta para el Sleeper Amable:
1. Localícese en una población pequeña de EEUU. Una localidad algo paletilla y que no dé opciones de medrar.
2. Sitúese en los 90. Aunque transcurra en los 00. Siempre son los 90 en las películas indies.
3. Reúnase un grupo de actores mayoritariamente desconocidos. Los pocos que sean algo famosetes tienen que ser ajenos a la producción indie (al proceso se le llama "reconvertirse en actor de culto"). A todo el mundo le sorprenderá verlos en una peli así ("¡Hey, la Elektra al lado de una camisa de franela!").
4. Créase en el género humano por encima de todas las cosas. Aunque cada uno de los personajes tenga sus cosillas en un principio, siempre termina resultando que todo el mundo es bueno y blando como la miga. Hay más malvados en una película de Nancy Meyers; y va en serio.
To er mundo e güeno en los indie sleepers.
5. Priorícese la salida fabulosa (o "alternativa", como la música aburrida) sobre la verosimilitud. Hay que vender realismo pero, justo cuando no nos miren, saquemos un conejo de la chistera. Aunque eso mande la lógica a tomar por saco. Por ejemplo: una niña muy lista decide pasar por un embarazo sólo porque oye música de laca de uñas en el centro de abortos. Muy lógico. Ese día Diablo estuvo más en el peep show que delante del laptop.
6. Mézclense estéticas. "Anacronismo" es el concepto clave. Los 70, los 80 y los 90 campan libremente. ¿Razones? El puntito masturbatorio de estos guiones con respecto a la cultura pop y a los gustos del propio escritor, y la consciencia de que quien va a ver estas películas ronda los 30 y es más nostálgico que sus padres.
La grunge y McEnroe. ¿Y el Delorean?
7. Háblese de temas dramáticos con el tono de una charla de "Clerks". Más que nada, para hacer sentir al espectador que no se le está manejando emocionalmente (el lema básico es: Usted ha de sentirse inteligente y majete por haber elegido ver esta película). Para no quedar trascendentes, y mantener su tono de "película pequeña", la anécdota y la charla pop deben sobrevolar todo el rato. Hay que salir de los Renoir soltando incongruencias del tipo "lo sencillo es lo más complejo".
8. Musicalícese todo mucho. El guionista debe sentirse libre de utilizar la película como excusa para hacer una compilación de las Canciones de su Vida, aunque para eso sus protagonistas tengan que ser adolescentes que escuchen música de cualquier época menos de la suya. Es de ley que exista un personaje con el que tener, al menos, un diálogo friki-apasionado sobre música/cómics/cine.
Frikis en silencio. Raro.
9. Hágase amar a la "Norteamérica real". Estas películas son la parcelita de reconciliación entre los progres europeos y los EEUU. En parte porque esos progres creen que les están vendiendo una moral izquierdista, y en parte porque se tragan eso de "inesperado éxito de película indie", con lo que se creen apoyando un lado alternativo de la industria yankee. Mira tú por dónde, cada año por estas fechas hay un "sleeper amable" que arrasa; llámenme conspindienoica.
FE DE FETOS:
- No pienso que "Juno" sea una mala película. Está bien, bastante bien a ratos. Pero la han hinchado como al Hindenburg. Y empieza a notarse el patrón.
- Si alguien está lo suficientemente confundido como para pensar que "Juno" le va a enseñar algo sobre la fémina y la gestación, que se pase a la sala de al lado y vea "4 meses, 3 semanas y 2 días". Aviso: no suena Sonic Youth.