lunes, 4 de febrero de 2008

Qué grande



Umberto Eco llama apocalípticos a aquellos que reniegan de la cultura de masas (fin de la cultura de élite, comienzo del fin) para verse a sí mismos varios escaloncitos por encima de la muchedumbre. Nosotros no nos sentimos identificados con ese elitismo; todos somos muy pop y muy irónicos, y decimos "qué grande es (Chuck Norris)" o, la expresión superficial por excelencia, "me encanta (Naranjito)".

Pero, como en todo, llega un momento en que la benevolencia pop se queda atrás, y hay que dar la consabida vuelta de tuerca, y preguntarse "¿Nos gusta realmente X, o estamos jugando a modernos?".

Fui a ver "John Rambo" con la intención de no jugar a moderna, y de ser todo lo crítica que fuera necesario, a pesar enfrentarme a un enorme mito pop. Y salí pensando que, o el pop me está absorbiendo y ya no tengo perspectiva o, joder, Rambo es grande.


Con J.R., mejor dejarse la garganta en casa.


Me explico: "John Rambo" es una película de alivios.

1. El alivio informático: una película de acción sin hackers, centro de operaciones con rádares ni científico-nerd con camisa hawaiana. Hacía (mucho) tiempo.

2. El alivio moral: no hay discurso con trompetita de fondo (ay, Bill Pullman) para justificar lo que ocurre en la película. John Rambo se psicoanaliza a sí mismo mientras trabaja en la fragua (¿esperabais un divancito?) y hace, al fin, el outing definitivo de todo el cine de acción de los ochenta, al admitir que no mata con la excusa de un ideal; mata por vicio.

3. El alivio del minutaje: 90 minutos. Nada de dejar de sentir el culo, ni de acumulación infinita de finales, ni de hacer cálculos mentales acerca de cuánto puede quedar según el punto de giro que nos acaban de meter.

4. El (no) alivio sexual: a la mierda las parejas imposibles entre héroes en decadencia y jóvenes hermosas. La chica es un incentivo creíble para un Rambo que vive entre tailandeses de charca y serpientes, pero la cosa de ahí no pasa. Sly conoce sus limitaciones, y ésa es la clave de todo.

5. El alivio genérico. He leído que "John Rambo" es un "Objetivo: Birmania" meets "Holocausto canibal". Va a ser que sí. Pero más allá de las vísceras, no hay mezcolanza posmoderna de géneros, y lo único que ayuda a situar a la película fuera de los ochenta es que ya no hay chulería fascista reaganiana; el héroe está echando barriga y haciendo recuento de todos los muertos que lleva encima.

Como perlita, el momento en el que Rambo recuerda que siempre ha tenido, así, un mal pronto, y para ilustrar sus palabras se nos muestra un montaje de imágenes de sus anteriores películas, con un Sly jovenzuelo. Es decir: lo que Truffaut hizo con Antoine Doinel, Stallone lo hace consigo mismo.

Me encanta.

10 comentarios:

Rodrigo de Miguel dijo...

Pero se olvida del PLANO SECUENCIA!!!

Stallone es un macarra en una época en la que se endiosa a Rodriguez y cía. (a pesar de que planet terror me encantara) y donde las imágenes del pasado pueden pesar más que nunca.

Pero Stallone a la chita callando ha hecho el mejor filme de acción de los últimos años y sin despeinarse. Dando una lección clara de como pueden (y casi diría deben, a excepción del nivel de sangre) hacerse este tipo de filmes sin necesidad de efectismos y que todo quede en casa.

Y es que más sabe el diablo por viejo, que por diablo.

Como quiero a ese macarra.

Anónimo dijo...

¡Cierto, plano secuencia en pueblo birmano, tócate!

La saturación de acción cínica de Rodríguez,Tarantino y bastardos hijos agota. Con "John Rambo" vamos de la carnicería lúdica a la carnicería a secas; y de las frases molonas que pasarían por eslóganes de anuncio, a recuperar las sentencias solemnes del antihéroe.

Por cierto, voy a ver, sólo por obligación profesional, "Planet Terror" y "Death Proof". Prometo crónica sólo si las odio.

Niño Manga dijo...

No la he visto, la vere cuando salga en DVD, porque nadie quiere ir a verla conmigo porque ya la ha visto... ¬¬
Igual que Cloverfield, que me tocara ir a verla solo ¬¬...
Encima no me toqueis los webos, anda...
Traidores...

Anónimo dijo...

Al no ir al pase de "John Rambo" te perdiste una sala con un 95% de treintañeros con chupa de cuero, y un 4% de parejas cuyos hijos llevarán apellidos repetidos.

Al no ir al pase de "Cloverfield", te perdiste pagar 7 euros por la entrada y soportar a una chusma que parecía sacada de un experimento disgenésico.

Lo único de lo que puedes lamentarte es de que tu misantropía no haya recibido un empujoncito este finde.

Alejandro dijo...

Tampoco nadie quiere ir a verla conmigo... ¿Te esperas a principios de marzo y la vemos, o nos esperamos a ser viejos y que la pongan en la filmoteca?

Rodrigo de Miguel dijo...

Tampoco deberías esperar tanto, John Rambo es carne de FILMOTECA!

Saludos alex ingrisano, ganador de la carrera crippletron 3000

Libre dijo...

Ha conseguido, Fritanga, que vaya a ver John Rambo. Si tenía dudas de que aburriese como Transformers, ahora no las tengo. Si me ocurre, le quemo el blog. (Punto en común con Rambo)

Libre dijo...

Pd: Ire con Ingrisano para que, si a él le gusta (como le gustó transformers) y a mí no (yo soy más de Ultraman puestos así) podamos tener una pelea a puños en la puerta del cine sin que la integridad física de ninguno resulte dañada. Y así si nos gusta, podremos jugar a John Rambo pegándonos duro con una vara y duro también con una cuerda sin que haya el menor rasguño. Tirillas power.

Miss Hall dijo...

Si la cosa va realmente mal, piensen que la culpa de todo la tiene Rodrigo. Fue él quien consiguió las entradas en un concurso.

Sí, eso implica que vosotros dos vais a ser los primeros de los aquí reunidos en pagar por ver "John Rambo". Dentro de unos meses, podréis ver vuestros eurillos convertidos en un nuevo quiste de botox en la cara de Sly. Será como quien pone su nombre a una enana marrón, ays.

Si le sirve de algo, Rigoletto, a mí "Transformers" me sentó como una quiche de orfidales. Dormí feliz, durante.

Libre dijo...

As myself