viernes, 19 de octubre de 2007

Ergo, concordantly, vis a vis

Para compensar mi arranque lascivo de ayer, me pongo las gafas de cerca y me anudo la corbata de lana, y os recomiendo un libro.

Ni siquiera he llegado a páginas de dos cifras, pero sólo el hecho de que una novela incluya como si nada explicaciones sobre la sala china de Searle o el gato de Schrödinger, me llega aquí [golpes sentidos en el pecho].

Que un inglés como Lodge deje de lado por un rato al Típico Protagonista de Novela Británica Contemporánea (profesor universitario de Literatura, amargado, sexualmente fracasado y fuera del tiempo), y venga con Ralph Messenger, un científico cognitivo que trabaja en un edificio en forma de cerebro, es un mérito. La otra protagonista, Helen Reed, sí que da clases literarias, pero prefiere contar lo estúpida que se siente llorando (¡y masturbándose después!) cuando ve "Ghost".

Lodge es como el Libro de Petete. Enseña, entretiene, y te deja contenta esperando al que viene.

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